PROCESIONES DE LA PURÍSIMA EN CIENFUEGOS
La primera procesión en honor a la Purísima Concepción tuvo lugar el 8 de diciembre de 1821 y
recorrió las calles San Carlos, Santa Isabel, San Luis y San Fernando. Por aquel entonces solo existía
una modesta capilla construida de guano y yagua. Se asocia esta fecha con la celebración de la primera
misa de la villa ofrecida por el Padre Loreto.
Es en 1833 cuando por primera vez se realiza la apertura de la
iglesia bajo la advocación de la
Purísima Concepción. La historia recoge que en 1910 participaron en la
procesión de la Purísima el
entonces Arzobispo de Santiago de Cuba y el Obispo de Pinar del Río,
lo que deja entrever la
popularidad que va adquiriendo esta fiesta católica, no solo en la
localidad, sino también en todo el
país. Para esta ocasión, se reunieron en el Parque Martí, miles de
personas, congregadas frente a la S.
Iglesia Catedral de Cienfuegos. La Patrona de Cienfuegos era trasladada
en andas y era notable el júbilo de los cienfuegueros que para la
ocasión enarbolaban la bandea cubana como símbolo patrio que acompañaba a
esta fiesta.
Curiosidad notable nos revela una fotografía de la época, en que se observa que la procesión de la
Virgen Inmaculada sale por la parte derecha de la calle Santa Isabel, por el frente de la iglesia, que no
es como suele ocurrir en la actualidad, que lo hace por la parte izquierda.
Es muy probable que el recorrido se realizara por alrededor del parque a favor de las manecillas del
reloj, ya que existe evidencia documental de que las procesiones continuaban por toda la Calle San
Carlos para llegar al Paseo del Prado. El paso de la procesión lo marcaban la cruz y las banderas de
Cienfuegos y la cubana.
La presencia de niños vestidos de blanco en esta celebración, es una
costumbre que se
remonta desde la época de la colonia. Por otra parte, la gran variedad
de pueblo participante, ilustra la
estructura poblacional que va configurándose en la localidad de
Cienfuegos. El 9 de diciembre de 1911, el periódico local “El
Comercio”, publica las crónicas de la procesión
ocurrida el día 8 del mismo año, con la participación de un grupo de
Hermanos Maristas, el Cuerpo de
Bomberos y la Banda Municipal de conciertos.
Esta celebración llegó a trascender el ámbito diocesano. En 1910
asistió a las fiestas de la Purísima el Arzobispo de Santiago de Cuba y
el Obispo de Pinar del Río.
El periódico local “El Comercio” el 9 de diciembre de 1911, destacó:
“Nutrida hasta más no poder, lucidísima imponente fue la procesión de la Purísima. Cerca de las cinco salió de la Catedral,
recorriendo como de costumbre las calles de San Fernando hasta el paseo de la Independencia, San Carlos hasta el Parque,
por cuyo rededor desfiló antes de disolverse. He aquí el orden con que marchaba: Un crucifijo entre dos cirios, un estandarte
de la Virgen del Carmen, cuyas cintas eran llevadas por dos angelitos, las Hijas de María, la imagen de la Purísima,
el Clero, el pueblo en gran número, la escuadra del Cuerpo de Bomberos y la “Purísima Concepción.”
En 1919, el entonces historiador de la ciudad Pedro Modesto Hernández, publica una narración bajo el
título “De otros tiempos”, refiriéndose a las procesiones de la segunda mitad del siglo XIX, y hace
referencia a que: “Era costumbre de las familias estrenar el día de la Purísima y muy específicamente
para la procesión toda la ropa, tanto interior como exterior, empezando por el sombrero o velo y
concluyendo con el calzado. En algunas familias era tal la costumbre de estrenar que hacía este estreno
extensivo hasta la loza y ropas de la mesa. Las casas engalanadas con guanos, cortinas, banderolas y
farolitos daban a la Villa la fisonomía de las grandes fiestas reales; en el parque el suelo cubierto por
flores de variados colores, palmas de alcanfor y hojas de mirto. En el templo no cabía un alma más, la
concurrencia cubría gran parte de la calle, la iglesia parecía un ascua de oro por la profusión de velas y
cirios.” Pedro Modesto Hernández. Historiador de la ciudad (1886 – 1926)
La procesión de 1953 estuvo caracterizada por la presencia multitudinaria de alrededor de diez mil
personas. Fue una congregación significativa.
La del siguiente año, en 1954, estuvo matizada por la celebración del primer centenario de la
promulgación del dogma de María como Purísima Concepción. En esta ocasión se levantó un altar en
una de las esquinas del parque Martí y el entonces obispo de Cienfuegos, Mons. Eduardo Martínez
Dalmau dirigió una locución a todos los presentes.
En 1957, el Diario de Información General, “El Comercio”, de Cienfuegos, publica en su edición del
viernes 6 de diciembre, un pequeño artículo titulado “Se verificará la procesión de la Purísima”,
anunciando la celebración de la fiesta patronal. Dice textualmente: “Como todos los años, el día 8,
domingo, Cienfuegos festejará a su Patrona, la Purísima Concepción, con la tradicional y acostumbrada
procesión. Millares de fieles, tendrán la oportunidad de rendir tributo a la virgen. La procesión partirá a
las 5 en punto de la tarde, de la Santa Iglesia Catedral y tras dar la vuelta al parque Martí, seguirá por
San Fernando a Prado y luego a San Carlos, para volver al templo.” Tomado del artículo “Se verificará la procesión de la Purísima”, trascripción
textual del Diario de Información General “El Comercio”, publicación del viernes 6
de diciembre de 1957.
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A partir de 1961 y como consecuencia de los procesos revolucionarios
que se desarrollaron en Cuba, esta fiesta disminuyó considerablemente
su aspecto social
ante la exigencia de una sociedad laica y los criterios ortodoxos
marxistas frente a los procesos religiosos
De las procesiones de la Patrona de la Catedral y de Cienfuegos, existen muchos comentarios y
testimonios. Uno de ellos refiere: “Literalmente el pueblo se volcaba a las calles y participaban en la
fiesta más significativa de la ciudad. Los estudiantes de los colegios religiosos desfilaban vistiendo sus
trajes de gala acompañados de sus bandas rítmicas; la Banda Municipal de Cienfuegos presidía el acto
y luego del triunfo revolucionario, la milicia y la policía escoltaban igualmente la imagen con
solemnidad y júbilo.” Vivian Pérez de Villa Amil. Fragmento del Artículo “La más bella
cienfueguera”, publicado en la Revista Pasos. Año No. 3. Abril de 1996.
“Las procesiones eran hermosas, salían por la Calle San Carlos y
llegaban al Prado. Luego retornaban a la Catedral por la Calle San Fernando. Antes de 1959, todas las
escuelas salían con sus bandas con sus lindos uniformes, los muchachos de la Escuela Marista lucían
sus trajes de gala.” Agustinita Chepe. Entrevista realizada el 23 de septiembre de 2012
En 1996 se retoma la tradición procesional. Exquisitamente preparada y coordinada, se constituyó en una explosión de
júbilo religioso para la diócesis de Cienfuegos que recien estrenaba como obispo titular a Mons. Emilio Aranguren Echeverría.
De la festividad Patronal de 1996, nos queda el testimonio de Elisa Martínez, que refiere: “En el
trascurso de un breve recorrido, (Catedral – San Carlos – San Luis – Avenida Central del Parque Martí
– Catedral), miles de personas, espontáneamente, aplaudieron emocionadas, sin faltar las lágrimas, la
entrañable imagen procesional de la Virgen, los antiguos estandartes de las asociaciones piadosas, el
coro renovado de angelitos – niñas, las adolescentes vestidas de blanco con las bandas azules de las
evocadas Hijas de María, la Coral de la iglesia Madre de la Diócesis y la rescatada lluvia de pétalos
sobre la imagen de la Patrona de Cienfuegos.” Elisa Martínez. Fragmento de artículo publicado en la Revista Fides, Abril de
1997, Año III, No. 6.
El 8 de diciembre de 1997, en la festividad de la Fiesta Patronal, ocurrió un hecho que no puede dejar
de mencionarse. Un grupo de ciudadanos organizados, bloquearon las entradas de la Catedral e
impidieron que la imagen fuera sacada a la calle, para recibir la lluvia tradicional de pétalos. Esto es
una de las pruebas de la antipatía religiosa que existía, provocada por el Estado ateo, aún en vísperas de
una visita papal.
El 8 de diciembre de 1998, tras la visita de Su Santidad Juan Pablo II, se realizó nuevamente la
procesión, que esta vez estuvo marcada por la apertura hacia la iglesia tanto de la población, como por
parte de las autoridades e instituciones de la localidad.
La procesión del año 2001 alrededor del parque Martí tuvo una significación especial, ya que el Padre
John Jairo Sierra Madrid, comunicó públicamente el lema que caracterizaría a la Iglesia Madre de
Cienfuegos durante varios años, “Con la Purísima Virgen María en la Bahía de Cienfuegos, la
S. Iglesia Catedral quiere ser una comunidad abierta, acogedora, puerto seguro, para el encuentro vivo
con Jesucristo.” Padre John Jairo Sierra Madrid. Fragmento de mensaje público realizado en la
procesión de la Virgen Purísima Concepción el 8 de diciembre del 2001.
Imagen procesional de la purísima
La donación de la imagen de la Virgen Purísima Concepción, que es sacada por las calles de
Cienfuegos en la tradicionales procesiones el día de su festividad, el 8 de diciembre de cada año, se le
atribuye a un hacendado trinitario nombrado Domingo Sarría, entonces dueño de ingenios azucareros y
dotes de esclavos.
La Virgen en sus ornamentos cuenta con un hermoso manto, la tiara y valiosas joyas, entre las que se
destaca una que perteneciera a la Emperatriz francesa Eugenia de Montijo. Esta joya fue donada por
Alberto Dalmau, médico cienfueguero radicado en España.
Es una hermosa imagen realizada en madera policromada y pertenece al
estilo escultórico del barroco
español, apreciándose el arte de la imaginería, actividad escultórica
utilizada en la época para realizar
figuras religiosas que eran pintadas y talladas en madera. Es de
suponer que muchas de estas imágenes, las realizaran en madera, por ser
este un material ligero que pudiera
facilitar sacarlas en procesión. La imagen cienfueguera de María
Purísima Concepción, se embellece con su elegante ropa, el pelo y
los ojos de cristal.
Estructura de la procesión (2007)
Cruz
Ciriales
Estandartes
Bandera de Cuba
Bandera de Cienfuegos
Grupo de niños de la catequesis
Obispo
Sacerdotes y religiosos
Imagen
Pueblo
La procesión se desarrolla en un espacio urbano, que comprende el
Parque Martí y su entorno.
El recorrido se produce de derecha a izquierda haciéndose paradas o
momentos de oración en las intercesiones de calles y avenidas,
frente a instituciones culturales y político administrativas como el
Teatro Tomás Terry y la Asamblea Provincial del Poder Popular,
y en monumentos de significación política e histórica como el Arco de
Triunfo. Como se puede observar, la liturgia emplea la diversidad
de espacios socioculturales para ejercer su práctica, y estas paradas y
oraciones están vinculadas al quehacer social de las instituciones.
Durante todo el recorrido se acompaña de cantos en alabanza a la Virgen.
La procesión culmina aproximadamente en la media noche,
con la entrada de la Virgen de espalda a la Iglesia, la bendición del Obispo a la ciudad y las alabanzas que los participantes
realizan alrededor de la Virgen; en la observación se percibieron también aplausos, conversaciones, ofrecimiento de pétalos
de flores, peticiones, expresiones de goce y satisfacción, entre otras.
Al culminar la procesión se mantienen alrededor del parque, grupos de
participantes que promueven diversas valoraciones acerca de este hecho.
En las conversaciones informales y en las observaciones, se perciben
sentimientos de satisfacción,
criterios de comparación, valoraciones sobre la eficacia del culto y de
los participantes tanto de líderes como del pueblo,
apreciaciones culturales y estéticas acerca de la Virgen o de la
procesión, criterios sobre los contenidos sociales y políticos tratados.
Tomado del trabajo de diploma:
"La fiesta patronal de la Purísima Concepción en Cienfuegos. Aproximaciones para un estudio de caso"
de Daniria Teresita Almaguer Naranjo.
Narraciones populares sobre La Purísima en cienfuegos
- Las manos de madera que tiene actualmente fueron rehechas partiendo del modelo de las manos
pequeñas y delicadas de su antigua camarera, la señora Cuca Gándara.
- El pelo de esta misma señora sirvió para confeccionar la peluca que lucía antes de la que hoy posee.
- El manto y la peluca actuales fueron donados por el doctor Alberto Dalmau, cienfueguero
residente en España y devoto ferviente de María Inmaculada.
- La base fija o banco en el cual permanece enclavada la imagen fue realizada y donada por
el señor Alberto Pérez de Villa Amil, antiguo profesor de la Escuela de Artes de Oficios de San Lorenzo.
- La imagen –difiriéndose de otras representaciones escultóricas de la imaginaria española
cuyos cuerpos se trabajan a manera de bultos para ser vestidos presenta piernas y sus pies están descalzos.
- El primer carro bomba que se desplazó por nuestra ciudad llevaba el nombre de Purísima Concepción.
Poema “Cuando la Virgen pasa”, dedicado a la Inmaculada Concepción por José R. Muñiz (autor de Luna Cienfueguera).
Al paso de la Virgen
La noche se hace blanca,
Y cantan las estrellas
Un celestial hosanna.
¡Cuantas almas se agrupan
Sobre la acera ancha,
Y elevan en silencio
Su ruego o su plegaria!
Y contemplo a los niños:
¡Con qué jubilo marchan
en sus ojos brillando
la luz de la esperanza!
Al paso de la Virgen,
bajo la noche santa,
¡Cuantos Bajan la frente
Y elevan el alma!
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