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DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA DEL TEMPLO

Dimensionamiento

  • El área edificada cubre un espacio de 30.19 x 50.00 metros.
  • El ancho total interior es de 29.19 m con anchos libres de 9.75 m por la nave central, 4.76 m para las naves laterales, 3.95 m para las capillas, 9.75 m para el presbiterio y 8.73 para la sacristía.
  • La profundidad total es de 50.00 m y todo el interior cubre 47.54 m con profundidades libres de 5.39 m para los vestíbulos, 32.27 m para todas las naves, 4.80 para cada capilla, 5.45 m para el presbiterio (será ampliado), 5.00 m para el ábside y 4.32 m para la sacristía.
  • La altura total interior de la nave central y el presbiterio es de 12.35 m y el de las naves Laterales y las capillas es de 6.80 m.
  • Los vestíbulos tienen 6.35 m y el coro 5.77 m y la sacristía 4.60 m.
  • Los muros perimetrales longitudinales tienen un ancho de 0.50 m y los transversales tienen 0.95 m en la fachada, 1.13 en los del fondo, incluyendo el ábside y 0.575 m los de las capillas que actúan como contrafuertes.

Sistema constructivo. Estructura

  • Muros de carga y pilares (en forma de cruz) de ladrillos excepto los muros de las dos torres que son de Sillería.
  • Bóvedas de Crucería sobre la nave central con arcos fajones de medio punto y arcos rebajados en diagonal (que no son visibles).
  • Bóvedas de aristas sobre las naves laterales.
  • Bóvedas de cañón sobre las capillas.
  • Tímpanos triangulares con arbotantes sobre las naves laterales y muros contrafuertes entre capillas, techo sobre la nave central de cerchas triangulares de madera (sustituidas por cerchas metálicas) con cubierta de tejas francesas. Es transitable el espacio entre las cerchas y las bóvedas de crucería mediante una pasarela interior.
  • Cubierta plana sobre las naves laterales, con vigas de madera y tabla sobre las bóvedas de aristas, relleno y racilla, no transitable en su interior.
  • Cubierta plana sobre las capillas, con relleno sobre las bóvedas de cañón y racilla.
  • Entrepiso plano con vigas de madera y tablas, relleno y mosaicos en el coro y sacristía.

Estilo

Pertenece al estilo universal denominado Cristiano primitivo o basilical con una nave central alta con claristorio (que constituye el eje central del movimiento hacia el altar) y orientada hacia el presbiterio, presenta un ábside poligonal de fondo. Posee dos naves laterales anchas, más bajas con capillas entre los contrafuertes (innovación debida a los mendicantes y de preferencia por la España de esa época). Como característica de esta iglesia, todas las capillas se comunican entre sí por unos vanos centrales de 1.59 m favoreciendo una circulación secundaria. No posee crucero. En el ábside se encuentra el Altar Mayor y un estrecho deambulatorio sin capillas radiales.

Su sencillo orden arquitectónico dórico-toscano y su falta de decoración interior se corresponden con las circunstancias propias de Cienfuegos en sus inicios, con una población de colonos, instalada en el año 1819, apenas cincuenta años de la terminación de la iglesia (1869) y a sólo cuarenta años de constituirse la Villa de Cienfuegos con ayuntamiento propio (1829) a partir de la denominada Colonia Fernandina de Jagua. No obstante, su rápido florecimiento económico, el orgullo de sus habitantes y su previsión del futuro, permitieron, a pesar de sus pocos habitantes, la construcción de esta iglesia de 30 x 50 metros.

Su pertenencia al siglo XIX cubano y su proyecto, lo clasifican como Neoclásico, a pesar de no presentar columnas exteriores exentas conformando un pórtico, ni torres campanarios iguales (ya criticadas por el historiador Joaquín Weiss) pero la decisión tomada por el proyectista de mantener la primera torre campanario (construida entre 1848-1851) en la actualidad tiene un inestimable valor patrimonial-arqueológico. Se percibe, en general, la simetría y la armonía en su fachada y su interior. A los romanos, pertenecen los pilares que sostienen arcos, las bóvedas de cañón y de aristas. La bóveda de crucería ya se utilizaba en el Románico y se generalizó con arcos apuntados en el estilo Gótico, aumentando el dinamismo espacial con ventajas técnicas y que no poseen los arcos diagonales rebajados de este templo que se conforma a partir de un arco fajón de medio punto.

La palabra basílica es griega y significa “real” y, según N. Pevsner, “pudo haber llegado a Roma con la pompa real helenística”; usada la basílica como sala de reunión pública parece ser uno de los precedentes de la configuración que tomó la iglesia de los primeros cristianos. Se consideran también como precedentes, las “scholae” o salones privados con columnas exentas y ábsides de las grandes casas y palacios romanos y algunos lugares de reunión, subterráneos, de sectas místicas antes del cristianismo.

Como peculiaridad, el proyectista para definir la nueva fachada, interactuó con la anterior (cuando la iglesia constaba de una sola nave) y utilizó el mismo estilo, duplicando por simetría de una manera secundaria lo que era el primer frontón de entrada principal con medias columnas “empotradas” en el muro (estilo romano) y colocó en el centro y eje de la nueva nave central un pórtico en dos niveles con cambio de estilo en los capiteles de las columnas (de dórico a jónico) y rematado con un frontón semicircular abierto al estilo del Renacimiento.

De acuerdo a las investigaciones realizadas sobre el estilo de la pintura de los vitrales, indudablemente se corresponden con la imagen de la Virgen con el Niño, en perspectiva frontal o de simple escorzo utilizada ampliamente por el Renacimiento Italiano en figuras tales como Masaccio y Fray Angélico y con precedentes en el Prerrenacimiento Giotto, Cimabue y otros. Se conoce su primera representación en un esmalte bizantino del siglo X que dio origen a su representación en el Románico. No obstante, su utilización en lo alto del claristorio pudo tener su referencia más directa (también en lo alto de una bóveda y con mucha similitud en los elementos arquitectónicos del trono) con la pintura de Bernardino di Betto llamado el Pinturicchio (1454-1513) en la Sala de las Artes Liberales en el apartamento Borja (1492-1503) en el Vaticano con la decoración ordenada por Alejandro VI. Con estos precedentes, el artista que diseño los vitrales en el siglo XIX en Francia debió concebir a los Doce Apóstoles y al Cristo Salvador del Mundo sentados en sus respectivos tronos.

Uso del espacio

Al llevar el templo a su forma original, eliminando sobre todo las falsas cornisas y los falsos arcos (recuperando los originales que son más altos y que se conectan con las bóvedas de aristas de las naves Laterales), permitirá, con un adecuado uso del color, integrar visualmente la nave central con las Laterales y favorecer la percepción de un solo espacio de asamblea de los creyentes, más acorde con los principios rectores del Concilio Vaticano II. Los pilares serán también más estrechos, pues fueron recrecidos en la decoración aplicada en 1961 y esto nos ayudará más, quizás, utilizando otros recursos de diseño.

Arq. Pedro González Hernández

Proyectista General. Proyectista de Arquitectura

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